lunes, 27 de noviembre de 2006

Documental: OPERACION LUNA

Sobre el documental-ficción 'Operación Luna'



Título alternativo: El lado oscuro de la Luna
Título original: Opération Lune (francés), Dark side of the moon (inglés)
Francia, 2002 - Duración: 52 minutos
Género: Docu-ficción
Realización: William Karel; Coproducción: Point du Jour, ARTE France


Basándose en imágenes de archivo reales sacadas de contexto, y mezclando hábilmente datos verdaderos y falsos, el documental analiza la posibilidad de que Richard Nixon, presidente de Estados Unidos en 1969, hubiese urdido una compleja trama para hacer creer a todo el mundo que la nave tripulada Apollo 11 había aterrizado en la Luna.

El argumento del programa se hace creíble en un principio, ciertamente respaldado por la credibilidad de la productora, ARTE France, y el aspecto de documental bien realizado que ofrece. Además, cuenta con los testimonios de, entre otros, Donald Rumsfeld, ex-secretario de Defensa de Estados Unidos; Henry Kissinger, ex-secretario de Estado de EEUU; Richard Helms, ex-director de la CIA; la viuda de Stanley Kubrick, cineasta que presuntamente habría rodado las "falsas" tomas lunares; el astronauta Edwin Aldrin, su mujer y otros trabajadores de la NASA.

Todas estas personas al parecer no eran conscientes de la naturaleza del documental, y sus testimonios están sacados de contexto, como admite el director, William Karel, en la entrevista que reproducimos más abajo. El resto es sólo parte de un guión inventado, como queda claro al final del documental, momento en el que se ofrecen las tomas falsas de los participantes, en las que se les ve leyendo el guión previsto, riendo y equivocándose.

Las alusiones al presunto rodaje lunar de Kubrick, que por entonces acababa de realizar la magnífica película 2001: una odisea espacial (que, a pesar de contar con los mejores efectos especiales jamás vistos para la época, tiene evidentes fallos hasta para el ojo más inexperto), son meras invenciones. En el comienzo no parece tan obvio, pero a lo largo del documental hay pasajes ridículos en los que es fácil darse cuenta de que no pretende ser un programa serio (por ejemplo, en las escenas del poblado vietnamita, o cuando se afirma que las naves y los trajes espaciales fueron diseñados por la industria de Hollywood, o que Kubrick no salía de su casa por miedo a la CIA y que rodó sus últimas películas allí, etc.).

Además, por si quedara alguna duda, como guiño a los cinéfilos, algunos de los personajes que van desfilando por la pantalla tienen en realidad nombres de protagonistas de películas de Kubrick: David Bowman (2001: una odisea espacial), Jack Torrance (El resplandor), Dimitri Muffley (el presidente estadounidense Merkin Muffley y su homólogo soviético Dimitri en ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú). De hecho, el documental ha sido emitido en varios países durante el Día de los inocentes.

Los argumentos mostrados como "prueba" del montaje en el documental, que muestra lo fácil que puede resultar engañar a un público crédulo y sugestionado, están sacados directamente de la teoría de la conspiración, pero son ridículos si se analizan con detenimiento (están tratados en el resto de secciones de esta página).

En la propia página web del canal ARTE se puede leer una entrevista con William Karel, en francés, donde de nuevo vuelve a quedar claro que se trata de una broma. Un colaborador de esta página, Abel Fuentes López, la ha traducido:

PREGUNTA: ¿Cómo se le ocurrió la idea de realizar un falso documental, más próximo a la comedia que a las películas serias que ha hecho usted hasta la fecha?
WILLIAM KAREL: Yo acababa de hacer una película sobre Hollywood totalmente basada en las mentiras ("Hollywood", emitida por ARTE en la serie "Voyages, voyages"). Hablé con la Unidad de Documentales de ARTE Francia, y les dije: ¿por qué no hacemos un "documentira", según la terminología de Agnes Varda, para contrarrestar un poco el lado demasiado serio de ARTE, pero también para divertirnos? Porque el objetivo primero era divertir, hacer una película extraña, para hacer ver que no hay que creer todo lo que se nos cuenta, que se puede hacer mentir a los testigos, falsificar los archivos, tergiversar cualquier tema a base de falsedades. Buscamos un tema a la vez universal e histórico y que no fuese tan delicado como un asesinato o una guerra. Y pensamos en las imágenes de los primeros pasos del hombre sobre La Luna. El tema se prestaba bien a nuestras intenciones: hace ya treinta años que hay un debate sobre la realidad de estas imágenes. Godard es el primero en aparecer en el informativo de TF1 diciendo: "este directo es una farsa". Y esas dudas son apoyadas por hechos reales: Aldrin se hizo alcohólico, Nixon no asistió al lanzamiento del cohete, los astronautas hicieron decenas de miles de kilómetros para quedarse solamente tres horas sobre La Luna... Encontrábamos, pues, que se trataba de un tema bastante curioso.

PREGUNTA: ¿Cómo procedió con los protagonistas de la película? ¿Cómo les convenció para que entrasen en el juego?
WILLIAM KAREL: ¡Ninguno entró en el juego! No pusimos a ninguno de los testigos reales sobre aviso: ni a la gente de la NASA, ni a Aldrin, ni a la mujer de Kubrick, ni al hermano de ésta. Simplemente hay siete actores a los que se les dio un guión y que hacen de testigos. Las imágenes de los consejeros de Nixon provienen de la película "Los hombres de la Casa Blanca". Utilizando convenientemente sus testimonios, bastaba con tener un testigo falso, en este caso una secretaria de Nixon, para que hiciese de enlace y consiguiese que la historia fuese creíble. A los verdaderos testigos les dijimos que estábamos rodando una película sobre Kubrick, sobre sus películas, sobre la Luna o sobre la NASA, y les hacíamos preguntas un poco vagas...

PREGUNTA: Más allá del ejercicio de estilo, ¿su película no es también una denuncia del sistema popular, una forma de cuestionar nuestra información a través de las imágenes?
WILLIAM KAREL: En el caso de la Luna, si no hubiesen existido imágenes, no habría existido acontecimiento. Y además el cine influye sobre la actualidad. Ha habido una puesta en escena de la toma de Iwo Jima, las fotos de la toma de Reichstag, el desembarco de los estadounidenses en Somalia repetido dos o tres veces para las cámaras cinematográficas... Y durante la guerra del Golfo, o la más reciente de Afganistán, vimos tres o cuatro luces verdes y ni una imagen verdadera... Pensé que era interesante mostrar la importancia de las imágenes, o de la ausencia de imágenes, en un acontecimiento.

PREGUNTA: En el momento en el que la actualidad se une a la ficción con las imágenes de los atentados del 11 de Septiembre, ¿cómo piensa usted que va a ser recibida su película?
WILLIAM KAREL: No lo sé. Hicimos la película para divertirnos y para tratar de divertir al espectador. Nuestro productor había ofrecido la película a la BBC, que la encontró muy interesante pero la percibió como parte de lo que ve como una campaña antiamericana presente en los documentales franceses. Me divertí sacando de contexto los discursos delirantes de Rumsfeld, pero no concebí en absoluto la película como algo malo. Y quise evitar por todos los medios el lado "revisionista". En ningún momento decimos que Armstrong no caminó sobre la Luna. Simplemente emitimos la hipótesis de que los Estados Unidos habrían querido protegerse en caso de que no tuviesen imágenes de los primeros pasos. ¿En qué momento el espectador comienza a dudar? ¿En qué momento descubre el secreto? Esa cuestión verdaderamente es una incógnita, por lo que pusimos esa parodia al final de la película, por si acaso hay verdaderamente alguien que todavía se lo cree.

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