lunes, 17 de diciembre de 2007

PERIODICOS GRATUITOS O ARMAS DE DESINFORMACIÓN MASIVA

PERIODICOS GRATUITOS O ARMAS DE DESINFORMACIÓN MASIVA

Cada mañana, al salir de casa y coger el metro nos encontramos con los repartidores de prensa gratuita y es difícil que al terminar nuestro itinerario cotidiano no llevemos en las manos tres o cuatro ejemplares con distinta cabecera, ejemplares salidos de los árboles y que terminan irremediable y rápidamente en las papeleras. Es un fenómeno que comenzó hace unos veinticinco años con aquellos periódicos dedicados a anuncios de compra-venta y que hoy han extendido su ámbito al mundo de la información. En principio, y a simple vista, uno no tiene nada contra ese tipo de publicaciones, pero cuando escarbas un poco a uno le surgen ciertas dudas


El consumo y el precio del papel, que como todos sabemos es un producto que sale de la corta de árboles, se ha disparado desde que los periódicos gratuitos se han hecho dueños de las esquinas; pero no sólo eso, dada la pobreza de sus contenidos, su lectura es muy rápida y el receptor en cuanto puede se deshace de ellos contribuyendo muchas veces a alfombrar calles y plazas, por no hablar de la nueva alfombra del Metro de Madrid.


No se reduce todo a esa importante cuestión. Para montar un periódico, además del papel, hace falta otra cosa: dinero, pero resulta que todo el mundo no lo tiene, luego sólo pueden montar periódicos personas o grupos de personas –empresas- que sí lo tienen. Tanto la prensa tradicional como la "gratuita" necesitan de una infraestructura –mucho menor en ésta última- y tienen unos objetivos claros, ideológicos y, por supuesto, económicos. La aparición de la prensa llamada "gratuita" ha causado un gran daño a la tradicional, cosa que puede alegrar a muchos pero que a la larga va a ser muy perjudicial para todos. El precio que se paga por un periódico, un euro ( de lo poco que no ha subido en este país ) apenas cubre los gastos de edición, la mayoría de los diarios tradicionales obtienen ingresos complementarios vía publicidad. Presumo que la "explosión de la prensa gratuita -que sólo vive de los anuncios y del abaratamiento de costes: redactores, opinión, corresponsales, distribución, instalaciones, etc.-, habrá supuesto una drástica reducción de las tarifas publicitarias, por tanto de los ingresos de los periódicos tradicionales que, por otra parte, tienen unos gastos muchísimo mayores porque sus plantillas son más grandes, sus condiciones laborales mejores en todos los aspectos y necesitan, para informar y crear opinión, de personas con mayor nivel de formación y especialización.


De este modo, el periodismo serio, caro de hacer y con una mayor exigencia cultural, vendría a ser una expresión del pasado industrial. Es evidente que mantener una redacción como la del EL PAÍS, con 1.200 redactores y casi 30 corresponsalías bien dotadas de medios y de personal cualificado a lo largo y ancho del mundo, requiere un considerable desembolso económico. Por otra parte, las fuentes de información se han ido haciendo más plurales, sobre todo desde la masiva implantación de internet.


La embestida de la gratuita puede colocar a la prensa de siempre en una situación apurada, de momento al menos le han planteado un reto de enorme envergadura. A uno le gustaría que el abanico ideológico que cubren los diversos diarios fuese bastante más amplio, no lo es, pero este nuevo tipo de prensa no ha contribuido lo más mínimo a esa diversidad, todo lo contrario, todo se da muy simplificado y sintético, por no hablar de que noticias de importante embergadura quedan eclipasadas por otras populistas o demagogicas o en el mejor de los casos, sensacionalistas . Sí la gratuita logra poner en aprietos a los periódicos tal como los hemos conocido hasta ahora, estos se verán obligados a imitarles, rebajando enormemente la calidad de su información y de su opinión; es decir, nos encontraremos con una prensa uniforme en la que trabaje, no sé en qué condiciones, mucha menos gente, leeremos noticias de agencia escuetas y repetidas y los diarios perderán la misión formativa y orientativa que hasta ahora han tenido dentro de la línea editorial de cada uno pese a sus actuales carencias al no abarcar todo el espectro político, ni cultural, ni econimomico ni de opinion, vacío que muchos salvamos gracias a los periódicos digitales.


Bajaremos, en consecuencia, un escalón más, especialmente significativo, en la desenfrenada carrera hacia la desalfabetización y la desinformación auspiciada por intereses de esferas cultural y socialmente elitistas ya que estos periodicos unicamente van dirigidos hacia lectores de un nivel cultural ya de por si bajo y que pretende crear un tipo de ciudadano amorfo, acrítico, sumiso, resignado y conformista que trague ruedas de molino como quien come aceitunas.


Nada es gratis, todo tiene un precio, aunque no todo tiene un valor.

EL CATALANISMO Y EL ESPAÑOLISMO


EL CATALANISMO Y EL ESPAÑOLISMO



La más torpe actitud de los españoles es querer resolver el problema de Cataluña reputándolo de artificial. No conozco manera más estúpida, de minimizar un problema como hay quienes sostienen, que ni Cataluña tiene lengua propia, ni tiene costumbres propias, ni tiene historia propia, ni tiene nada. Si esto fuera así, naturalmente, no habría problema de Cataluña y no tendríamos que molestarnos ni en estudiarlo ni en resolverlo; pero no es eso lo que ocurre. Cataluña existe con toda su individualidad, y muchas regiones de España existen con su individualidad, y si queremos conocer cómo es España, y si queremos dar una estructura a España, tenemos que arrancar de lo que España en realidad ofrece; y precisamente el negarlo, además de la torpeza que antes os decía, envuelve la de plantear el problema en el terreno más desfavorable para quienes pretenden defender la unidad de España, porque si nos obstinamos en negar que Cataluña y otras regiones tienen características propias, es porque tácitamente reconocemos que en esas características se justifica la nacionalidad, y entonces tenemos el pleito perdido si se demuestra, como es evidentemente demostrable, que muchos pueblos de España tienen esas características.


Yo soy de esas pocas personas de los que creen que la justificación de España está en una cosa distinta: que España no se justifica por tener una lengua, ni por ser una raza, ni costumbres, sino que España se justifica por una motivacion durante años para unir lenguas, para unir razas, para unir pueblos y para unir costumbres; que España es mucho más que una raza y es mucho más que una lengua.

Duran i Lleida, quizás el politico más brillante de nuestro país dijo:
"Sería malo que los españoles no asumiesen como un problema propio la desafección que existe en Cataluña hacia España. Pero también sería malo que en Cataluña no se asumiese como un problema propio la desafección que existe desde España".

Creo que ha habido y hay una ignorancia mutua y sin duda a mi juicio se tiene la percepción desenfocada de Cataluña, y de ello hay una responsabilidad importante de los partidos políticos. PP y PSOE han utilizado mutuamente la participación de CiU en el apoyo a los gobiernos de Madrid como isntrumento de desgaste del adversario, presentándo no como gente a la que sólo nos importa pedir insaciablemente, y mostrando como punto de nuestra diferencia reivindicación de "la pela" cuando eso no es así y nuestro nacionalismo es profundamente cultural y esa es su razón de ser.

Me siento catalán, muy consciente de que una de las vocaciones de Cataluña es la española, de que formamos parte de España y me gustaría que un día pudiera toda España sentir y aceptar el ser catalán como un patrimonio de todos.

Catalunya necesita un gobierno que le ayude a recuperar el prestigio perdido en estos últimos años. Eso no lo garantiza el tripartito, compuesto por el PSC, miembro del partido socialista obrero español, partido español que el que se ha negado a colocar la bandera de España en Vilafranca, no un partido nacionalista ni catalán.

Catalunya necesita recuperar sus relaciones con el conjunto español. El tripartito ha dejado demasiadas heridas abiertas y eso no es bueno ni para Catalunya ni para España

¿Y de que se preocupan los politicos catalanes?
En lugar de fomentar con empeño la calidad, la excelencia, la educación, la investigación, la competitividad, en lugar de construir infraestructuras y enfrentarse a quien se opone a su construcción; en lugar de satisfacer las necesidades e intereses de un ciudadano que con frecuencia se ve obligado a moverse al margen de las prioridades oficiales; en lugar de eso, se pierde el tiempo elucubrando sobre la nación y la identidad catalanas, reivindicando unos derechos históricos o encajando en España una Cataluña que ya está encajada desde hace siglos, obligando al etiquetado y rotulado en catalán, arrinconando el bilingüismo real de la población, lo cual "cabrea" a los españoles y arrincona a los catalanes y volvemos otra vez a la pescadilla que se muerde la cola. En definitiva, la irresponsabilidad de unos políticos que han conducido a Cataluña al atascadero en el que hoy se encuentra

Y de ahi a la práctica de la pedagogía del odio, materia en la que el nacionalismo extremo ( como el de ERC que al final es que acaba en los medios de comunicancion y en boca de todos en lugar de la moderacion de la mayoria de los catalanes ) y el españolismo (sobre todo del PP) siempre ha destacado, se multiplica con campañas anticatalanas como la de boicotear el cava catalán.

No hace mucho, el diario El Mundo, publicaba una relación de los comercios regentados por empresarios catalanes en Madrid. Como consecuencia de eso, muchas tiendas han visto pintadas sus puertas y paredes exteriores con frases alusivas a la identidad catalana de sus propietarios conminando a la gente a no entrar en ellos. Por otro lado, los catalanes residentes en Madrid aconsejan a sus compatriotas que van de paso que no hablen en catalán en público y una mujer fue expulsada recientemente del interior de un taxi en esa ciudad por el simple hecho de ser catalana y contestar a su telefono movil en catalán.

Hay generaciones en Catalunya educadas en el odio a España y viceversa y son este tipo de mensajes los que alimentan un odio anticatalanista y viceversa, una bomba de relojería que existe y que se retroalimenta y que alguien está deseando que estalle.

Antes de que acabemos en una espiral de odio HOY es dia de cambiar estos mensajes.

El error de España siempre ha sido pensar que los catalanes y vascos (entre otros) deben renunciar a sus naciones para poder ser españoles.

Cataluña es una gran tierra, que da prestigio a España, de grandes hombres y mujeres y la mayoria de los españoles quiere como una parte suya igual que muchos catalanes quieren a España, una de estas personas esta en copia de este mismo mail. Es por ello que nos duela cuando notamos que se hacen cosas como este correo para distanciarnos.



Luis de Merlo

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